Han transcurrido algo más de tres décadas desde el momento en que tomé el compromiso de desarrollar y perfeccionar un don que me fue otorgado al nacer. El talento de poder moverme en el mundo de las artes plásticas con innata facilidad, y natural destreza.

Es así como, el pintar ha significado para mí llenar un querido anhelo de realización personal y, a menudo, me ha permitido traducir en imágenes algo que las palabras no alcanzan a traducir o reflejar.

IMÁGENES. Las imágenes están allí, por todas partes a nuestro alrededor, en un bombardeo continuo, de día, de noche, cuando estamos despiertos y cuando dormimos. De manera objetiva y real, o en la subjetividad de nuestra mente muchas veces escapando de toda lógica. Las imágenes, cual proyección cinematográfica pasan ante nuestros ojos en un vertiginoso caudal desde el ayer, sin detenerse en el hoy……. Y todo hace pensar que la proyección deberá continuar hasta que nuestra mirada ya no reaccione y el inevitable velo la cubra y todo se detenga.

En el transcurrir de mi actividad plástica no podría establecer como norma qué ha sido primero, si la imagen «susurrando» o sugiriendo un pensamiento muy especial; o, esa idea cautiva que comienza a repetirse, y repetirse buscando desesperadamente poder salir a la luz apoderándose de alguna imagen. Es así como yo acepto y hago mía la inspiración creadora. Porque puedo decir que es de esta manera como el alma se serena cuando es capaz de traer a la realidad de manera concreta esa orden interior que proviene de la infinitud del Creador. Aquí me podría definir casi como un pintor místico.

En consecuencia, entre otras cosas mi tarea ha sido el capturar esas imágenes. Imágenes sencillas que son llamadas a perdurar de algún modo. La captura ocurre con intención dirigida a veces, o, con la complicidad del azar otras. No descarto en esto, la existencia de una mano guiadora que me dirige y orienta sin que yo lo evite. Así entiendo mi inspiración. El rigor de las aplicaciones técnicas, académicas, estéticas y todo el bagaje de oficio que pueda haber adquirido a través de los años han quedado subordinados a lograr la expresión de esa inspiración; para lo cual, me he permitido presentarla bajo dos enfoques.

El primer enfoque, lo he denominado…”ETERNIZANDO IMÁGENES”. Este dice relación con las impresiones y características que nosotros, como seres humanos, podemos recoger desde el mundo que nos rodea, a través de nuestros ojos, es decir de nuestra percepción visual. De este, enfoque surgen y se recogen las imágenes, naturales, abstractas, quedan estampadas en telas o maderas, con oleos o acuarelas. Así nacen mis pinturas.

ETERNIZANDO IMÁGENES, en resumen,  me sugiere la idea de proyectar mi ser hacia una dimensión trascendente, casi mística podría decir, donde la Criatura se siente en su verdadera esencia como una proyección e imagen de su Creador.

El segundo enfoque lo he denominado “ETERNIZANDO  OBJETOS”, el cual representa mi intención de capturar y encapsular determinados objetos y, en esa presentación, darles un soplo de eternidad que los haga perdurar, como en un efecto mágico, más allá de quien los originó. Así ocurrirá, por ejemplo, con un nido de pájaros, un juguete, y un reloj, una representación tallada en madera, etc.

Finalmente, decir que ETERNIZANDO IMÁGENES y ETERNIZANDO OBJETOS en lo formal, viene a constituir una verdadera exposición virtual, permanente y que podrá crecer según crezca con mi trabajo en el futuro.

La misión del artista es recrear. Mi trabajo en la plástica tiene también esa connotación. Las obras que me permito mostrarles, son simplemente eso, recreación de imágenes que fueron capturadas en algún instante y terminaron en un formato, constituyéndose en el testimonio del logro de este autor. Testimonios en imágenes o en objetos que han de traspasar muchas fronteras y barreras, entre otras la barrera del tiempo, incluyendo también mi propio tiempo.